“Operación Midas” es un módulo no oficial de mi autoría para la segunda edición del juego de rol Esoterroristas. Cada una de las seis partes de esta minicampaña será publicada semanalmente en el blog de forma capitular hasta la conclusión del mismo. Será entonces cuando se suba un enlace con todas las partes recopiladas en un único documento. Las publicaciones tendrán lugar todos los martes a las 16:00 GM+1.
Si esta es la primera entrada que has encontrado del módulo te invito a leer la introducción y la sinopsis del mismo aquí. Si buscas empezar a leer a partir de la primera parte de este módulo puedes hacerlo desde este enlace.
Si deseas leer el módulo en su totalidad en un documento aparte aquí puedes encontrar un enlace a google drive, donde podrás descargar la aventura totalmente editada y maquetada así como las ayudas de juego y las fichas de los personajes pregenerados.
EL BOTONES
Tipo de escena: clave
Escena previa: «El Hotel Boston Harbor»
Escena siguiente: «Sólo una puta», «Un hombre de negocios».
The Terminal Show – Akira Yamaoka
El botones de la decimotercera planta, Hans Parker, es
un hombre afroamericano encorvado y sin un solo pelo negro en su cabeza. Viste
de forma impoluta con el uniforme azul oscuro de los empleados del hotel,
perfectamente afeitado y con olor a una cara colonia.
Se halla en un almacén de servicio del hotel que está
haciendo las veces de sala de interrogatorios del FBI donde la Agente Harlow
espera sacar algo más de él. Y es que Parker se está callando algo, eso es
obvio para cualquiera que tenga la habilidad de Detección de Mentiras.
Parker es un hombre anciano al que le
gusta su trabajo y está aterrorizado por llegar a pensar que puede perderlo.
Cree que si el director del hotel descubre que ha contado algo sobre lo que el
Señor Mulligan y sus amigos hacían en aquella planta lo despedirá, y no quiere
que ese sea el fin de sus cuarenta años de servicio en el Boston Harbor.
Aunque hay varias habilidades interpersonales útiles en esta situación, la más apropiada sería Consolar. Una vez los agentes traten de consolarlo, el anciano estará preparado para ofrecer más de lo que contó a la Agente Harlow.
- Muy a menudo Hans hacia las entregas a esta habitación él mismo. Discreción, ante todo. A veces veía hombres en la habitación que parecían jeques petroleros y cosas así, pero más a menudo todos los de la habitación parecían americanos. De vez en cuando los reconocía como políticos, miembros de grupos de presión o ejecutivos importantes (pista clave).
- Siempre que estaban presentes estos hombres había una partida de póquer en marcha. Más tarde, esas mismas noches, llegaban “mujeres de la calle”. Algunas eran muy guapas y elegantes. Otras no tanto, y ni siquiera sabía hablar inglés. Muchas veces era él quien las conducía hasta la planta por el ascensor privado. No todos los hombres presentes se quedaban a esa parte de la fiesta.
- Esta vez solo acompañó a la señorita a la habitación de Sr. Mulligan, que se encontraba allí solo. No la acompañó fuera ni vio a nadie entrar en la habitación, pero al ser el ascensor privado es algo normal. Da intimidad a los clientes.
- “Mujeres de la calle. Algunas son importantes, sí señor, de las que salen en la tele”. Coge el periódico y señala a Lara Terrence. “Como ella. Ella fue a la que acompañé anoche”. Consulta la escena alternativa «Sólo una puta».
Ayuda de juego 2 - Noticia Lara Terrence
Notas sobre la escena:
Mientras que la escena del crimen de
Reeky abre toda una serie de escenas posibles para los agentes y aporta una
considerable cantidad de información, no por nada es el primer crimen de la
partida, la escena de «El botones» tan sólo informa sobre que
Mulligan se entrevistaba con gente importante (gente que podría quererlo muerto)
y habla de la prostitución que se llevaba a cabo en esta planta del hotel.
Pese a la breve mención a la trata de blancas, Parker no tiene mucha información sobre ello, conduciendo a los investigadores a «Sólo una puta», en lugar de a «Un hombre de negocios», donde los agentes descubrirán mucho más sobre este entramado criminal.
SÓLO UNA PUTA
Tipo de escena: alternativa
Escena previa: «El botones»
Escena siguiente: «Un hombre de negocios», «La firma Hostetter Marcus».
The Terminal Show – Akira Yamaoka
El nombre y rostro de Lara Terrence hace mucho más que
aparecer en los periódicos, pues para sorpresa de los agentes, esta mujer es
una figura pública. La habilidad de Investigación revelará que Lara Terrence
es un pez gordo de la multinacional armamentística Lockheed Martin, una
compañía que se gasta millonadas en lobbies para conseguir lucrativos contratos
con Washington y el Pentágono. Este año 2008 va a convertirse en la compañía mejor
pagada por contratos con el Estado, con la nada desdeñable cifra de 36.000
millones de dólares. Personalmente, Lara tiene fama de presionar a los lobbies
de Washington propugnando varias causas de derechas, especialmente una política
exterior de línea dura, lo que repercute muy positivamente en la compañía.
Pero Hans Parker no mentía, el
gasto de 1 punto en la habilidad de Investigación revelará que Lara
trabaja algunas noches como prostituta de lujo en los ambientes más
distinguidos de Boston. Además, registra sus experiencias sexuales en una
antología de relatos en Wattpad titulada “Erótica entre mundos”, donde escribe
con el seudónimo de Red Opium.
Su domicilio, que es fácilmente localizable, se halla
en el 252 de la Calle Washington. Es un espacioso loft situado en el
ático de un elegante rascacielos de color gris claro y de pisos muy modernos,
con un Starbucks y un banco en su planta inferior. Los agentes podrán reunirse
con ella allí, que se mostrara encantada de recibir a dos apuestos agentes de
la ley en su propia casa.
En persona, Lara es una atractiva mujer joven de
treinta y pocos años. Tiene una sonrisa muy bonita, pero vuestra experiencia al
Detectar Mentiras os revela que su sonrisa no es más que una tapadera. Su
actitud es bastante serena, da la sensación de tener la situación controlada en
todo momento, sin dejar que nada le perturbe. Más allá de su sonrisa hay una
mirada de acero, está claro que es una mujer negocios.
Esta apabullante mujer es prostituta
de lujo y CEO de una grandísima compañía. Intimidarla, interrogarla o ligar con
ella no tendrá el menor efecto. Está acostumbrada a ser ella quien manipula a
los demás, no al revés. De hecho, se sentirá encantada de que los agentes
intenten algo de lo anterior o que traigan a colación su trabajo como
prostituta de lujo. Su objetivo es causar el máximo ruido mediático posible y
para ello tratará de provocar a los agentes.
De hecho, aunque desconoce que Reeky
ha muerto, nada más saberlo entenderá que se halla ante la oportunidad de su
vida y se mostrará dura con los agentes. Su contestación a la mayoría de las
preguntas de los agentes será algo de estilo de: “¿Qué puedo saber yo? Yo
sólo soy una puta.”
Al fin y al cabo, ella sabe que es inocente y sospecha que los agentes no
tienen nada de peso contra ella.
El uso de Psicología forense
aplicada a la persona de Lara revelará que es imposible que esta se desmorone y
que ni siquiera está preocupada de ser expuesta. De hecho, más bien eso es
justo lo que quiere, la oportunidad de saltar a la fama. De hecho, eso era lo
que buscaba cuando empezó a escribir las entradas en el blog.
Los agentes darán con el clavo cuando
aludan a las habilidades de escritora de Lara o a su trabajo en el blog. En ese
caso, las habilidades interpersonales de Adular o Negociar serán
las adecuadas para que Lara salga de su habitual respuesta a todo y
comience a decir lo que sabe sobre Reeky y sus fiestas.
Esta es toda la información que Lara puede ofrecer:
- Se encoge de hombros al oír que Reeky ha muerto. “Supongo que esas cosas pasan. El trabajo es el trabajo. Cada uno tiene sus riesgos.”
- Ella trabaja de forma autónoma, dando servicio a una lista de clientes conocidos, amigos de sus amigos. Normalmente suelen ser parte de la flor y nata de la ciudad, ella no se acuesta con cualquiera.
- Ella siempre acudió al Boston Harbor en taxi y volvía de la misma forma. Nunca fue transportada por ninguna limusina y desconoce la empresa Limusinas Finsbury. De todos modos, ella tiene mucha más clase que las putas rumanas. Nadie la obliga a nada.
- Lara conoció a Reeky a principios de año, durante una de esas fiestas organizadas por Michael Marrone, el CEO de la Hostetter Marcus. Reeky se encaprichó de ella al instante y durante estos meses ha sido un cliente habitual suyo. Lara no tardó en darse cuenta de que Reeky era como otro de sus muchos aduladores. “Todos los invitados a esas fiestas ya fueran verdaderos socios o simples lameculos, trataban a Marrone como si fuera su mejor amigo.”
- La noche del asesinato no hubo ninguna fiesta. Lara llegó como invitada exclusiva del propio Reeky, que había contratado un polvo rápido. Pagaba bien y ella nunca decía que no a alguien de la CIA. Llegó a la 1 a.m. Se marchó a las 2 a.m. Reeky le pagó de su propio bolsillo, naturalmente en efectivo. Le confesó que necesitaba desfogarse antes de una reunión importante, pero eso fue todo.
Notas sobre la escena:
Las dos formas de llegar a esta
escena son mediante el uso de Consuelo con Hans Porter, que
proporcionará la Ayuda de Juego 3 o mediante los resultados del Análisis de ADN
encontrado en el condón de la habitación de Reeky. Mientras que la primera de
las formas conduce de forma directa hacia aquí, la segunda sirve al Director de
Juego para hacer de esta escena una flotante, puesto que el resultado del
análisis de ADN llegará cuando lo necesite el DJ.
Esta es una escena alternativa puesto
que la información más importante que Lara Terrence tiene que aportar es la relación
existente entre Reeky y Michael Marrone. Ella no sabe nada sobre su asesinato
ni tiene ninguna pista clave que aportar. De hecho, la relación entre Reeky y
Michael Marrone también puede ser aportada por la escena clave «Un hombre de negocios».
Igualmente, esta puede ser una escena
interesante de jugar sobre todo a la hora de desplegar el Velo. Al fin y al
cabo, hace falta buscar un culpable de la muerte de Reeky y los agentes pronto
descubrirán que el responsable no es alguien al que puedan meter en la cárcel.
Usar a Lara Terrence como testaferro, pese a que no hay más que pruebas
circunstanciales que la ligan al asesinato, es una medida ruin, pero puede que
necesaria para salvaguardar el Velo.
Al fin y al cabo, Lara Terrence no es
menos codiciosa que cualquier otro personaje de Operación Midas. Concretamente
ella no codicia el dinero o el poder, sino la fama. Y no la que pudiera
conseguir en Lockheed Martin. A diferencia de otras muchas mujeres
desesperadas, Lara no se hizo prostituta por el dinero. Lara lo tiene todo y aun
así quiere más para llenar un hueco en su interior.
Al borde del más absoluto nihilismo,
su trabajo no es más que una tapadera para ella, que lo que desea es que
alguien destape un escándalo sexual con ella de por medio y así dar el salto a
la fama. Piensa que quizá así pueda llenar el vacío que la corroe por dentro y la
atención de los focos dé alguna clase de sentido a su vida.
UN HOMBRE DE NEGOCIOS
Tipo de escena: clave
Escena previa: «El Hotel Boston
Harbor», «Sólo una puta».
Escena siguiente: «La firma Hostetter
Marcus», «El sindicato de estibadores», «El irlandés».
Confession – Constantine Soundtrack
Una sencilla búsqueda por Internet revela que la
empresa Limusinas Finsbury se encuentra en Cambridge, una ciudad tan cercana a
Boston que frecuentemente es confundida con un barrio de extrarradio de la
ciudad.
Investigar sobre la empresa previamente a la
visita de sus oficinas revela que el propietario, Frederick “Fred” Goodwin
tiene una larga lista de antecedentes de delitos menores, desde estafas hasta
lesiones, y además de estar condenado con una orden de alejamiento hacia su
mujer e hijos, de los que se le ha privado definitivamente de la custodia.
Por otra parte, una investigación centrada en su
empresa revela que esta modesta compañía de coches de lujo pertenecía a su
exsuegro y que la heredó a la muerte de este. No fue hasta comienzos de este
mismo año que la compañía llegó a obtener unos beneficios considerables. El
uso de la habilidad de Burocracia revela que a principios de este
mismo año la empresa licitó y ganó varios contratos gubernamentales para
transportar a altos cargos de la Agencia de Inteligencia Nacional al aeropuerto
Logan de Boston y viceversa. La concesión, por supuesto, tiene toda la pinta de
ser fraudulenta.
Al llegar, los agentes son testigos de que la sede de
Limusinas Finsbury es una mera oficina algo lúgubre en un complejo de oficinas
anónimo. Nadie señala el lugar dónde se sitúa la sede de la compañía porque no
hay recepcionista. En su lugar hay un tablero con una relación de las compañías
y la planta donde estas se sitúan. El edificio está semiabandonado.
Una vez llegan a la oficina de la empresa pueden ver
un salón a modo de sala de espera, con un par de incómodos bancos puestos para
que esperen unos clientes inexistentes. El lugar tiene una decoración sobria,
las paredes necesitan una nueva capa de pintura y está claro que los cuadros
que adoran el salón no son los mejores óleos de la ciudad. La impresión que da
el sitio es de poca profesionalidad.
Al fondo de la sala hay una puerta entreabierta, de la
que puede escucharse un tecleo furioso y algunos bufidos por parte del hombre
que hay en su interior. El tipo es un cuarentón gordo, feo y medio calvo, con
la mandíbula cuadrada y unos ojos diminutos. No lleva corbata ni cinturón, y su
camisa está manchada de sudor, restos de comida y café. Tiene un apestoso
cigarrillo en la mano, con el que apunta de forma amenazante a los agentes:
“¿Quiénes son ustedes? ¿Tienen cita?
Joder, que esto es un negocio respetable.”
Pese al genio inicial de Fred
Goodwin, si los agentes muestran sus credenciales del FBI, este se achantará de
inmediato, dejándolo listo para un Interrogatorio por parte de los
jugadores. Al principio se anda con evasivas, mintiendo descaradamente sobre su
relación con Reeky o su trabajo de transportista de dudosa legalidad. Estas
mentiras serán obvias para cualquier agente con Detección de Mentiras.
Una vez destapen su farsa, Fred
pasará a la defensiva:
“Esta vez no he hecho nada malo. No
sé qué pinta aquí el FBI. Os juro que esas mujeres no han cruzado la frontera
de ningún estado. Yo solo las movía de un sitio a otro. Descargaban en Boston y
se quedaban en Boston, lo juro por mi vida. Yo sólo soy el transportista, un
hombre de negocios.”
Una vez se haya derrumbado, mediante el uso de habilidades interpersonales como Intimidar Fred dará a los agentes la siguiente información veraz:
- Fred no está al tanto de la muerte del Sr. Mulligan. En caso de que los agentes se lo comuniquen se quedará tembloroso y conmocionado, temiendo por su futuro laboral y por su vida.
- Limusinas Finsbury, es decir Fred, lleva desde enero de 2008 proporcionando servicios a Reeky en su cargo como agente de la CIA. Se considera su hombre de confianza.
- Si los agentes sacan el tema de la trata de blancas Fred negará todo al principio. Luego admitirá que trabaja con un par de agencias de acompañantes de Rhode Island y de Connecticut, pero al final acaba confesando que recoge a las prostitutas del puerto de Boston y que las hace llegar en sus limusinas desde allí hasta el lugar que le dicen. El Boston Harbor Hotel es uno de los lugares más comunes donde tienen lugar las fiestas del Sr. Mulligan.
- Nunca es el Sr. Mulligan quien paga a las prostitutas ni le da el sueldo por transportarlas. Siempre es una empresa organizadora de eventos, Cyn Celebrations o algo así. Son los que organizan las fiestas y quienes ponen el dinero como manda la Hostetter Marcus. El jefe de la firma lleva organizando noches de póquer y putas con sus socios desde que llegó al cargo (pista clave).
- “El Sr. Mulligan se unió a ellos hace relativamente poco, y fue entonces cuando me metieron a mí por medio. Sólo han sido unos pocos meses, la paga era buena y joder, yo soy un hombre de negocios. De alguna forma tengo que pasar la pensión a la zorra de mi exmujer.”
Si los agentes le preguntan sobre el
origen de las prostitutas, Fred contestará que las recoge en el puerto pero
mantendrá la boca cerrada al respecto de quién se las proporciona. Afirmará que
revelar esa información es firmar su sentencia de muerte, y que quien indaga
por el puerto al final acaba en el fondo de la Bahía de Massachussets. A menos
que los jugadores gasten 2 puntos en la habilidad interpersonal que
estén utilizando para interrogarle Fred no revelará el nombre de “El Europeo” y
su contacto Dick Pfeffer, el presidente del sindicato de estibadores. Esta
pista conduce a la escena «El sindicato de estibadores».
Por otro lado, si los agentes
preguntan sobre otros trabajos aparte de los que Fred hacía para Reeky y Cyn
Celebrations, este se mostrará también reacio a soltar esa información. En caso
de que los jugadores se gasten 1 punto en la habilidad interpersonal
correspondiente, el empresario confiesa que desde que conoció la mercancía que
transportaba hay un congresista irlandés, Reed Stebbins, que insiste en que
lleve al menos a una puta rumana hasta su despacho en la SEC todos los domingos
por la noche. Al parecer oyó hablar de él en una de las fiestas de la Hostetter
Marcus y el Sr. Mulligan le recomendó sus servicios. Esta pista conduce a la
escena «El irlandés».
Notas sobre la escena:
Esta es una escena clave porque
aporta una pista imprescindible para la trama, que es la relación entre Reeky y
la firma Hostetter Marcus, cuyo CEO es Michael Marrone, el siguiente sujeto a
investigar por los jugadores.
Además, si los jugadores no escatiman
en puntos es posible que abran dos nuevas ramas de investigaciones que les
conduzcan hacia dos nuevas escenas. «El irlandés» es una escena clave para la
que el gasto de puntos en esta escena sólo desbloquea su acceso anticipado. Por
otro lado, el gasto de puntos para revelar la escena de «El sindicato de estibadores» es la única forma de llegar
a esta escena alternativa. La razón de esto es evitar que los jugadores pierdan
el tiempo buscando al asesino de Reeky por el puerto y achaquen la
responsabilidad a la mafia. No andan desencaminados, pero en Operación Midas la
mafia y El Europeo sólo juegan un papel auxiliar. El gran villano es Michael
Marrone y esa es la pista clave que los agentes han de seguir.
Igualmente, si los agentes desean
usar su habilidad de Bajos Fondos, o, en su defecto, a algún contacto
con esa habilidad (consulta la escena flotante «Ryan el Soplón») para conseguir toda la
información posible sobre El Europeo puedes informar a tus jugadores de que El
Europeo es el gran hampón de la mafia portuaria de Boston y el gran proveedor
de droga y mercancías ilegales a la ciudad. El Europeo es el rey de los bajos
fondos desde que cualquiera tiene memoria. Tiene a la policía portuaria
comprada y son ellos quienes hacen la vista gorda cuando hace llega un carguero
de más al puerto. También son quienes echan la culpa al puerto de origen cuando
falta mercancía.
Esta escena puede cambiar
considerablemente dependiendo de si los agentes tuvieron éxito a la hora de
Birlar o no la tarjeta de visita de Limusinas Finsbury que se encontraba en la
escena «El Hotel Boston Harbor». En caso de lo que lo
hicieran o llegaran aquí antes que los federales, la escena se desarrolla sin
cambios respecto a lo explicado arriba. En caso contrario, el Director de Juego
debe adaptar la escena del interrogatorio de Fred Goodwin, que es posible que
se encuentre retenido en una sala de interrogatorios. Y también es posible que
la CIA haya “tocado ciertas teclas” para hacerle hablar o para todo lo
contrario. Los detalles sobre este posible cambio de la escena quedan a la
libertad del Director de Juego.
En lo que respecta a las motivaciones
de Fred Goodwin, este desagradable misógino no posee más codicia que la de
cualquier empresario. Quiere ganar el máximo trabajando el mínimo y ganar el
suficiente dinero como para tener una vida acomodada. No posee una ambición más
elevada que la de evitar vivir con el agua al cuello mientras mantiene su
negocio a flote. Al fin y al cabo, es un humilde hombre de negocios.
LA FIRMA HOSTETTER MARCUS
Tipo de escena: clave
Escena previa: «Un hombre de negocios», «Sólo una puta».
Escena siguiente: «Investigando a
Michael B. Marrone»
Score – Nathan
Larson
La firma de inversión en banca de valores Hostetter
Marcus tiene su sede principal en el número 100 de Federal Street en la ciudad
de Boston. El edificio es un enorme rascacielos, el octavo más alto de Boston, conocido
por haber sido la histórica sede del First National Bank Building desde 1971,
momento en que los bostonianos aprovecharon para ponerle su sobrenombre: The
Pregnant Building (El Edificio Embarazado) debido al aspecto exterior de
su estructura.
Desde 2004 el edificio pertenece a la firma Hostetter
Marcus, que rápidamente lo convirtió en su sede principal.
Ayuda
de juego 3 - The Pregnant Building
El rascacielos está recubierto
de placas de un color púrpura oscuro y, a lo lejos, las ventanas del edificio
casi parecen alargadas rendijas. Por su color y su terraza con forma de I
mayúscula, el edificio llama la atención entre el resto de los rascacielos
cercanos, pero no por su modernidad, pues pese a noser el edificio más moderno
de todos, tampoco es el más antiguo.
A las puertas del edificio es posible
ver a muchos de los trabajadores de la compañía, portando elegantes trajes de
corte italiano y diferentes colores oscuros. La gama va entre distintas
tonalidades de azul oscuro y negro, pero llama la atención de que no hay traje
y corbata igual que la anterior. Los empleados fuman y hablan entre ellos o
escriben y hablan por sus BlackBerries, dando cierta sensación de ajetreo a la
entrada del edificio.
Una vez dentro de las oficinas, pues
cada planta está destinada a un departamento distinto que va escalando según su
importancia, puede observarse el método de trabajo de los empleados de la firma
Hostetter Marcus.
La firma parece una banca de
inversiones como otras tantas. Asesora a sus clientes (que pueden ser
particulares o empresas) sobre cómo conseguir capital, a menudo convirtiéndose
en agente del cliente para la emisión y venta de valores en los mercados de
capitales.
Comprar y vender, paquetes y
acciones, centavos y dólares, insultos y halagos. Aquí se respira dinero,
aunque la cara del presidente Washington no asome ni cuando los empleados se
acercan a la máquina de café. Los números verdes suben y bajan en las distintas
pantallas, con siglas y abreviaturas de empresas por todo el globo. Los
empleados están pegados al teléfono y a sus portátiles como si este fuera su
mejor amigo, una deliciosa comida o el abrazo de un amante.
En todo el lugar se respira un
ambiente frenético, como si todos los empleados no hicieran otra cosa sino
trabajar, y los que no estuvieran deseando acabar lo que sea que estén
haciendo. La gente trabaja con eficiencia, como si la amenaza del despido
flotase en el aire como una invisible espada de Damocles. Como si sintieran
algo que les apremiara. Como si hubiera algo bajo la superficie, invisible a
simple vista, que les empujara a ello.
Si los agentes han
llegado a la oficina haciendo gala de su tapadera como agentes de la autoridad,
la seguridad del edificio les conducirá hacia el ascensor en el que ascenderán
hasta la última planta, no antes sin pasearlos por una planta al completo para
que quede claro cuál es allí el método de trabajo. Los guardias de seguridad no
van armados y no visten como la seguridad al uso. Llevan una especie de
uniformes completamente rojos, casi parecen más botones que miembros de
seguridad.
En caso de que los
jugadores hayan decidido infiltrarse en el edificio mediante cualquier otra
tapadera consulta la escena «Infiltrarse
en Hostetter Marcus».
Una vez en la planta superior los agentes esperarán a
ser recibidos por los CEOs de la compañía en una lujosa sala de espera, donde
les serán ofrecidos unos caros refrigerios mientras aguardan a que termine la
reunión del Comité Ejecutivo de la empresa.
La sala de espera es circular y rodea por completo una
austera habitación de paredes acristaladas situada en el centro de la planta.
En esta habitación, como puede verse a través de los cristales está teniendo
lugar una reunión del Comité Ejecutivo de la empresa. Llama la atención la
presencia de una pizarra verde de escuela colgada en una de las paredes
interiores de la sala. Tiene una especie de fórmula matemática apuntada en ella
con tiza, pero ninguno de los presentes en la sala le presta la menor atención.
El Comité Ejecutivo está compuesto por trece miembros
entre hombres y mujeres. Todos ellos van trajeados y resulta obvio que son los
jefes de la empresa, que están sentados en torno a una mesa de cristal.
Participan en la reunión de forma civilizada, por turnos y aunque desde el
exterior no puede escucharse de lo que hablan, nadie de todos ellos parece
llevar la voz cantante.
Preside la mesa un viejo en silla de ruedas flaco, muy
flaco. A su derecha hay un asiático que no viste un traje, sino ropa de
enfermero. A su izquierda hay una máquina con varias bolsas de suero y ruedines.
Varios cables salen de bajo la ropa del anciano y conectan con la silla de
ruedas. Las máquinas de diálisis e insulina están funcionando a todo trapo. El
viejo escucha todo sin intervenir, con los ojos amarillentos y tan saltones que
parecen salidos de las órbitas. Su cara está llena de manchas de
despigmentación y su piel está llena también de pústulas y ronchas. Usa un
respirador, que tiene introducido por ambas fosas nasales.
Si los jugadores han investigado algo
sobre la empresa Hostetter Marcus reconocerán en este anciano al viejo Señor
Hostetter, presidente honorífico de la firma e importante accionista de la
misma.
Tras una hora de larga espera, la reunión termina y
los ejecutivos abandonan sus asientos, siendo el anciano el primero en salir empujando
el enfermero la silla de ruedas. El último en abandonar la habitación es
Marrone, que se dirigirá a los jugadores mientras que el resto se dirigen hacia
el ascensor. Despide a la seguridad del edificio dándoles las gracias y se
queda a solas con los agentes.
Queda patente que es Michael Marrone el que parte el
bacalao en la empresa (pista clave).
“Buenos días,
señores, díganme ¿a qué debe la firma la visita de unos intrépidos agentes de
la ley?” (sonríe con unos dientes blanqueados y perfectos).
Tras decir esto se
presenta como Michael Marrone, CEO de la compañía y, como acaban de ver,
miembro del Comité Ejecutivo de la Hostetter Marcus. Marrone es un hombre muy
joven, de hecho el más joven de todos los miembros del Comité Ejecutivo. Es
alto y bien parecido, de cabello castaño claro y cuerpo fibroso que destaca en
su elegante traje azul oscuro. Sus refulgentes ojos son del color de la miel.
Ante las preguntas de los investigadores contestará siempre con una sonrisa, normalmente intentando hacer creer a los agentes que él solo es uno más en Hostetter Marcus. Se mostrará falsamente interesado en colaborar con las fuerzas del orden y prometerá hacer todo lo que esté en su mano para ayudar. En lo demás responderá con evasivas.
- Niega conocer a Mack Mulligan o a Lara Terrence. Confiesa que se ha alojado alguna que otra vez en el Harbor Hotel, pero nunca en la planta decimotercera, que siempre estaba reservada. Es natural que un ejecutivo como él acabe alojándose por motivos de negocios en todos los hoteles que merezcan la pena de la ciudad, pese a ser del propio Boston.
- Fred Goodwin es un nombre que le resulta familiar. Ha proporcionado en algunas ocasiones servicios de transporte a la firma y tiene entendido que es algo que viene de lejos. No es decisión suya, Goodwin le parece un incompetente pero nadie va a disuadir al viejo Hostetter para cambiar de proveedor, ¿verdad?
- En caso de que señalen la dudosa legalidad de las prácticas de la firma, Michael estará lejos de ponerse a la defensiva: “Normalmente no hay que dar mucho crédito a esos rumores. Siempre hay intereses de por medio. La competencia no piere el tiempo en señalar la paja en el ojo ajeno mientras siguen jugando como quieren con el dinero de sus clientes. Así atraen la atención a otro sitio mientras se manchan las manos. Últimamente la competitividad es mayor que nunca. La mayoría de empresas del sector se están viendo obligadas a reducir plantilla y Hostetter Marcus se enorgullece de haberlo evitado a todo coste. Haremos los recortes que sean necesarios, pero conservaremos todos los empleos posibles. Por ejemplo…quizá vaya siendo hora de recortar en limusinas.”
A lo largo de la
conversación que tengan con él Marrone responderá positivamente a la Adulación
(que no es que se la crea) y le divertirá la Negociación, por lo que
esta será la mejor forma de sacarle algo. En caso de que intenten usar la Burocracia
hacia él la desprestigiará, son los abogados de la firma quienes se ocupan de
eso. La Jerga policial, autoritaria, le aburre significativamente. Si
tratan de Intimidarlo se limitará a llamar a seguridad. Sabe
perfectamente que no van a ningún sitio sin una orden judicial, por lo que
despachará a los agentes con una sonrisa. Michael Marrone lo tiene todo bajo
control y esa es la sensación que debe transmitir a los agentes.
Ya sea durante su
entrevista con Michael o tras ella, en caso de que los agentes quieran usar la Psicología
forense en él no les hará falta el gasto de puntos para saber que:
- Claramente este hombre es un sociópata
enormemente inteligente y presenta grandes desequilibrios emocionales.
El gasto de 1 punto en esta
habilidad, por otro lado, revelará información mucho más interesante sobre su
psicología:
- Marrone tiene el control porque lo necesita.
Lo necesita hasta el punto de lavarse los dientes con un cepillo manual y
siempre coger la ducha con la mano en lugar de dejarla puesta. Necesita saber
que es él el que mueve los hilos, que nada pasa sin que esté todo bajo su
control. Y de hecho, normalmente es así. Si lográis que pierda ese control no
sabrá como actuar.
En cuanto al uso de
la habilidad Detección de mentiras en Michael Marrone arrojará los
siguientes resultados:
- Marrone ha mentido más que ha hablado. Con
sus palabras, con sus ojos, con sus gestos, con su expresión corporal. Es un
mentiroso experto, tan bueno que parece mentir continuamente, tanto que te hace
muy difícil saber qué es la verdad tras toda esa maraña de mentiras.
Pero si los agentes
deciden ir más allá y gastar 2 puntos en esa habilidad o en la de Psicología
Forense puedes darles adoptar la voz de su conciencia y darles la
información que quieren saber:
- Has intentado detectar sus mentiras,
descubrir cuál era la Verdad. Pero es que no ha mentido, pero tampoco es que simplemente
te haya dicho la verdad. Más bien te la ha gritado a la cara. Y no le ha
importado hacerlo, porque sabe que no tenéis nada contra él.
- Es él, uno de los hombres más importantes de
Boston. Es el hombre al que estáis buscando. Michael Marrone es el responsable
de la muerte de Reeky. Es un puto Esoterrorista. Y es más poderoso que tú. ¿Qué
vais a hacer ahora?
Notas sobre la escena:
Al igual que ocurre con la escena de «El encargo», esta escena tiene un
marcado componente descriptivo al comienzo de la misma. Esto es así por dos
razones. La primera es que esta no va a ser la última escena que tenga lugar en
el Pregnant Building, habiendo en la campaña hasta dos escenas más que tienen
este lugar como foco. Por ello, bien para contrastar el color del Pregnant
Building con el final del mismo o bien para facilitar la improvisación en las
posteriores descripciones del lugar, se ha incidido algo más en ese aspecto.
La segunda es que en «La firma Hostetter Marcus» se concentran los temas
principales de Operación Midas: la codicia y la tapadera. Esto vuelve esta
escena en una especialmente importante, pese a que la única pista clave
presente en la escena es la confirmación de que Michael Marrone es el líder de
facto de la firma.
De todos modos, al igual que con el
caso anterior, toda esta cantidad de color no tiene por qué narrarse como tal.
Puede hacerse poco a poco, siendo intercalada con comentarios de los jugadores
y sus personajes o acciones de los mismos. También puedes ir desvelándola
conforme van preguntando sobre su entorno o guardar fragmentos para escenas
posteriores como «Infiltrarse en Hostetter
Marcus».
En lo que respecta a la entrevista
con Michael Marrone, es probable que tus jugadores se frustren al ver que este
no les da ninguna información de utilidad y traten de ir a las malas con él. En
caso de que la situación escale en violencia -algo nada deseable- utiliza el
recurso de hacer revivir mediante un flashback el pasado de uno de los agentes.
Esto, por supuesto, vendría aparejada con la correspondiente tirada de Estabilidad
a la dificultad que considere el Director de Juego.
Aunque nunca se defendería de forma
violenta, Marrone ha sido dotado de múltiples dones por Mammón, entre otros el jugar
con las emociones de la gente, algo que le permitirá mantener a raya a los
agentes más beligerantes justo antes de excusarse haciendo gala de su sonrisa
lobuna.
Por otro lado, el final óptimo de esta escena es aquel en que los confusos jugadores gastan todos los recursos posibles que tienen sus personajes para averiguar lo máximo posible sobre Michael Marrone. Y así llegamos a la revelación de que este hombre es el gran villano de la campaña. En caso de que los jugadores se muestren reticentes a gastarse los puntos, anímalos a hacerlo. Promételes que la recompensa merecerá la pena.
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